La integración de personas con discapacidad apareció ligada al concepto de normalización. Siendo la esencia de esta última proporcionar a las personas devaluadas socialmente la dignidad completa que les corresponde por derecho propio.
Esto implicaba la puesta en marcha de muchas actividades más allá de las tareas concretas de la rehabilitación física, sensorial o cognitiva de un individuo. La integración educativa es un proceso que requiere abordar progresivamente la mejora de las condiciones educativas de los alumnos con necesidades especiales.
Es un proceso largo que debe afrontar muchas dificultades y debe ser planificado con criterios integrales y con una buena coordinación de las instituciones implicadas.
A pesar de los vientos renovadores positivos que trajo para la situación de los alumnos con necesidades especiales, la integración educativa adolece de haberse basado mucho más en prejuicios personales y presupuestos ideológicos que en resultados de estudios e investigaciones.
Tras el arduo e interminable debate entre integración y educación especial que se dio en los procesos de transición y cambio de los sistemas de atención en los años ochenta apareció el concepto de inclusión educativa, laboral y social.
En este caso “el énfasis se desplazó desde el individuo al que se consideraba que había que integrar y entrenar específicamente, hacia las modificaciones ambientales (físicas y del comportamiento de los individuos y de las organizaciones) necesarias para que el ambiente en el que el individuo se integra pueda aceptar como un igual a la persona con discapacidad”.
domingo, 1 de noviembre de 2009
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